Año de 1484


Con licencia arzobispal del 14 de febrero, se funda en Triana el Convento del Espiritu Santo. El edificio contaba con fachada a la calle Larga de Santa Ana (actual Pureza) y hacia la calle Orilla del Rio (actual Betis). Aún se conserva parte de este edificio, en cuyo solar hoy se ubica la manzana de casas que va desde la calle Troya al Colegio Cristo Rey inclusive. Aquí residiría durante varios periodos la Hermandad de la Esperanza y sería fundada la de los Gitanos, a mediados del siglo XVIII.
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Este mismo año nace en nuestra ciudad Fray Bartolomé de las Casas, que sería fraile dominico, cronista, teólogo, filosofo, jurista y Obispo de Chiapas (Mexico), pero que pasaría a la historia por la defensa de los derechos humanos de los indios durante la colonización española de América, ante los abusos desmedidos que se cebaron sobre su población. Diversos biografos han apuntado como fecha de su nacimiento el 24 de agosto. Otros apuntan que el 11 de noviembre, y colocan su nacimiento en el barrio de Triana, tal como señalaron Helen Rand Parish y Harold E. Weidman en sus investigaciones llevadas a cabo en 1976.

Año de 1483

En este año, Tomás de Torquemada, prior de la Orden de Santo Domingo y confesor personal de los Reyes Católicos, es nombrado primer Inquisidor General de España. Con este nombramiento se daba principio a una de las épocas más oscuras de la Iglesia en nuestro pais.
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Año de 1482

En este año, el Asistente de la ciudad, D. Diego de Merlo, manda restaurar el Humilladero de la Cruz del Campo. Poco después, sería relevado de su cargo por D. Juan de Silva y Ribera, Conde de Cifuentes, ya que Merlo acudió como capitán a la toma de la villa de Alhama de Granada, en represalias por la ocupación de Zahara por parte de los nazaríes granadinos. El cargo de Asistente o Asistente Mayor era similar al de Alcalde. Era designado directamente por la Casa Real o bien por personas principales y nobles de la ciudad y a su cargo se encontraba el control de la justicia y del gobierno de ciudades y villas. Este cargo prevalecerá con dicho titulo hasta el año 1834.

Por otra parte consta que en 1482 se concluyen las obras de la Capilla Mayor de nuestra Catedral y se inician las labores del colosal retablo que habría de presidirlo y que a día de hoy sigue siendo el más grande de la Cristiandad.

Y por último, nuevas noticias de la Inquisición. Habiéndose quedado pequeñas las dependencias del Tribunal en el sevillano Convento de San Pablo, consta que este año se traslada al Castillo de San Jorge, en Triana, edificación de origen árabe que se levantaba junto al Puente de Barcas.





*El Castillo de la Inquisición, el Puente de Barcas y la Torre del Oro. Aguafuerte de Meunier entre los años 1665 y 1668.

Año de 1481

Con fecha del 6 de febrero de este año, se lleva a efecto el primer auto de fe de la Inquisición en Sevilla: fueron ejecutados en la hoguera los principales miembros de la comunidad de criptojudíos, que fueron descubiertos a finales del año anterior. La ejecución, como sería costumbre desde entonces, se practicó en los campos de Tablada.


*Reo conducido a las dependencias de la Inquisición para ser interrogado y torturado.

Año de 1480

En este año se cumplía el primer centenario del hallazgo de la gloriosa Virgen de la Hiniesta en tierras catalanas. Su Hermandad, en este año, recibió la donación de unas casas ubicadas a espaldas del sagrario de la Iglesia de San Marcos, pertenecientes al clérigo Luis Alfonso, Beneficiado de Cuartos. La Hermandad las destinó como hospital bajo el título de Ntra. Sra. de la Hiniesta. Estaba ubicado en la esquina de la calle Rascaviejas (actual calle Hiniesta) frente al Convento de Santa Isabel. Una vez que se inauguró este edificio benéfico, la Hermandad se trasladó desde San Julián a su capilla, aunque cada 7 de septiembre se organizaba una procesión de gloria hasta el templo de San Julián, para lo cual se engalanaba todo el barrio, manteniendo así siempre vivos los lazos de unión con dicho templo.


Por otra parte, consta que en 1480 es fundada una nueva Hermandad en la collación de Omnium Sanctorum, bajo el título de Santo Cristo de la Sangre, San Juan Bautista y Nuestra Señora de la Candelaria, con sede en el Hospital de San Antonio. Sus reglas fueron aprobadas el 22 de enero de este año y en ellas se estipulaba su procesión de penitencia en la tarde del Jueves Santo. Las mismas hacían hincapié en los hermanos de luz y de sangre, prohibiendoles a estos últimos que pudieran practicar mortificación alguna si contaban con más de 45 años de edad o tuviesen algún otro impedimento. Los hermanos de luz, por su parte, no podían ecceder de la mitad de los hermanos de sangre. Sus reglas señalaban la celebración de un cabildo el Domingo de Ramos para concretar la organización de la procesión el Jueves Santo. Los alcaldes, diputados y mayordomos debían situarse entre los hermanos de luz y los de sangre, y señalaba a los hermanos encargados de preparar las grandes vasijas destinadas al lavatorio de las heridas tras el acto de la penitencia. Al mismo tiempo, se había de celebrar una procesión de gloria el Domingo de Resurrección "día en que se ha de sacar a Nuestro Señor Jesucristo y a la imagen de Nuestra Señora vestida de alegría". Sin embargo, tremendamente curioso era lo que exponía el capítulo 14, pues se prohibía el ingreso en la Hermandad a todas aquellas mujeres que mantuvieran una vida indigna o fuesen de raza negra, mulata, judía, india o árabe. No menos curioso suponía que la autoridad eclesiástica aprobase dichas reglas. Sin duda, este es un claro ejemplo de la sociedad sevillana en el año 1480. A esta Hermandad perteneció el gremio de sederos y hay que indicar que otros analistas situan la fundación de esta Hermandad en el Hospital de San Antonio de Abad y no en la collación de Omnium Sanctorum.


En septiembre de este año, dos de los primeros inquisidores, Miguel de Morillo y Juan de San Martín, llegan a Sevilla en busca de herejes y establecen en el antiguo Convento dominico de San Pablo su primera sede. Sus pesquisas descubren a un grupo de criptojudíos (ocultistas judíos) liderado por Diego de Susán. Serían acusados de herejía, siendo procesados y ejecutados, como veremos, al año siguiente.


*Los Reyes Católicos junto a su confesor, el dominico Tomás de Torquemada, que fue uno de los brazos fuertes para que la Inquisición fuera creada en nuestro pais.

Año de 1478

En este año el capitán D. Diego de Merlo es nombrado Asistente Mayor de nuestra ciudad, cargo equivalente al de Alcalde, que ejercerá durante cuatro años.


A 9 de junio, la Hermandad de la Vera Cruz adquiere nueva capilla en el Convento Casa Grande de San Francisco, que con el devenir de los años se convertiría en una de las más admirables de la ciudad. Esta capilla se encontraba ubicada en la actual calle Granada, junto al Ayuntamiento hispalense.


El día 30 de este mismo mes, nace en nuestra ciudad el único hijo varón de los Reyes Católicos, el Príncipe D. Juan, cuya temprana muerte frustró su acceso al trono. Fue bautizado en la Catedral sevillana el día 9 de julio, siendo apadrinado por el nuncio de Su Santidad Sixto IV, el Embajador de Venecia, el Condestable de Castilla y el Conde de Benavente.


Consta que en este mismo año comenzaron a colocarse las primeras vidrieras de nuestra Catedral, gracias al maestro alsaciano Enrique Alemán.


Finalmente, en este año, el confesor de la Reina Isabel y prior de los Dominicos, Tomás de Torquemada, atendiendo las quejas de los cristianos viejos comenzó a predicar sobre la conveniencia de crear una Inquisición en Castilla. De la misma forma, se destapa en Sevilla la noticia de que un grupo de cristianos nuevos celebraban ceremonias extrañas a la religión cristiana. Esto convence a la Reina Isabel, quien encarga a los embajadores de nuestro país en Roma que soliciten al Papa Sixto IV la creación de una Inquisición para Castilla y Aragón. De esta manera, dicho Pontifice expidió una bula en noviembre de este año que autorizaba a los Reyes Católicos a nombrar inquisidores. Nacía, así, la Inquisión en nuestro país.


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*Cortejo del bautizo del Príncipe D. Juan, hijo de los Reyes Católicos, en Sevilla en 1478. Obra de Francisco Pradilla Ortíz en 1910.

Año de 1477



En este año la Reina Isabel I de Castilla instaura en Sevilla una celebración en honor a la Stma. Virgen María a perpetuidad en conmemoración de la victoria en la batalla de Toro (Zamora) contra las tropas portuguesas de Alfonso V.


Con fecha del 22 de septiembre de este año, son aprobadas las primeras Reglas de la Hermandad del Gran Poder, por D. Pedro Fernández de Solís, Obispo de Cádiz, y D. Pedro González de Mendoza, Arzobispo de Sevilla.

Año de 1476

En este año aparece fundado por el sacerdote Antón Ruíz y el capellán del templo de Omnium Sanctorum, Juan Rodríguez de Torres, el Hospital y Hermandad de la Misericordia. Tuvo como sede primitiva una casa de la collación de Santa Marina, pero más adelante se establecería en la calle del Pozo Santo. Este Hospital tenía como fin principal la dote de doncellas pobres o huerfanas para el matrimonio, pero también se dedicaría a la asistencia de presos y al ejercicio de la caridad con los necesitados. Su Hermandad estaba compuesta por 40 hermanos legos y 10 clérigos, siendo ocupadas las posibles vacantes de estos, bien por enfermedad o fallecimiento, por los hijos u otros familiares directos o bien por personas de muy estrecha relación con los miembros que produjesen bajas en la Corporación, lo que hacía que la pertenencia a esta Hermandad fuese casi hereditaria a través de los años.

Año de 1475

Bastante curioso resulta la concesión del título de Mayoral a Juan de Valladolid, persona de raza negra integrada en la dificil sociedad de su tiempo para los miembros de su etnia. Así se extrae del nombramiento citado, cuyo documento transcribimos a continuación:


"Don Fernando e doña Isabel por hacer bien e merced a vos Juan de Valladolid, nuestro portero de cámara por los muchos e buenos e leales e señalados servicios que nos habéis hecho e hacéis cada día, e porque conocemos vuestra suficiencia e habilidad e disposición, hacemos vos mayoral e juez de todos los negros e negras e loros e loras libre continuos que son e sean continuos e horros en la muy noble e muy leal ciudad de Sevilla e todo su Arzobispado e que no pueden hacer ni hagan los dichos negros e negras e loros e loras ningunas fiestas ni juzgados entre ellos salvo ante vos el dicho Juan de Valladolid, nuestro Mayoral de los dichos negros e loros e loras. Et mandamos que vos conozcáis de los debates e pleitos e casamientos e otras cosas que entre ellos hubiere e no otro alguno por cuanto vos sois persona suficiente para ello o quien vuestro poder tiviere e sabéis las leyes e ordenanzas que deben tener. Et nos somos informados que sois de linaje noble entre los dichos negros e negras e conocido que según vuestra suficiencia merecéis ser mayoral e principal de todos los dichos negros e negras e loros e loras e mandamos que de todo lo sobredicho otro ninguno no conozca ni sea mayoral ni cabeza salvo vos el dicho Juan de Valladolid nuestro portero de cámara o los que vuestro poder tuvieren e es nuestro mandato e voluntad que vos o el que dicho vuestro poder tuviere tengáis e lleveis todos los derechos e salarios e servicios que según las ordenanzas de los dichos negros e negras debe llevar e llevó el mayoral e mayorales que de los dichos negros hasta aquí ha habido e hay en la dicha Ciudad de Sevilla no embargante que hasta aquí los dichos negros por elección sacado. Et mandamos al concejo, alcaldes, alguacil, veinte e cuatro caballeros jurados oficiales e hombres buenos de la Ciudad de Sevilla e de todas las otras ciudades e villas e lugares de dicho su Arzobispado que vos consientan el cargo de mayoral e juez de todos los dichos negros e negras e loros e loras e que a otro alguno no tengan por mayoral e cabecera e juez de todos ellos salvo al dicho Juan de Valladolid o al que dicho vuestro poder tuviere e haya e lleve los dichos derechos e salarios al dicho oficio anexos e pertenecientes así e según que han dado a los otros negros que hasta aquí han sido mayorales para lo juzgar e determinar e hacer de ellos e de ellas ordenanzas e otras cosas, le damos poder cumplido con todas sus incidencias e dependencias, anexidades e conexidades. E los unos ni los otros no hagáis no hagan ende al por alguna manera so pena de la nuestra merced e deposición de los oficios e confiscación de los bienes de los que lo contrario hicieren para nuestra cámara e fisco e demás por cualquier o cualesquier porque lo fiscare de lo así hacer e cumplir mandamos al hombre que esta nuestra carta mostrare o su traslado signado de escribano publico que vos emplace que parescáis ante nos en la nuestra corte doquier que nos seamos del día que vos emplace a quince días próximos siguientes so la dicha pena so la cual mandamos a cualquier escribano publico que para esto fuere llamado que demande al que la mostrare traslado signado con su signo porque nos sepamos en como se cumple nuestro mandato dada en la villa de Dueñas a días de noviembre año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo de mil cuatrocientos e setenta e cinco años. Yo el Rey Yo la Reina y yo Alonso Davila escribano del rey e de la reina nuestros señores la hice escribir por su mandato"


En este documento quedan reflejados parte de los abusos que la sociedad generaba sobre las personas de raza negra o mulata ("loros e loras") que habitaban nuestra ciudad. Se les prohibía hacer celebraciones y opinar públicamente. Del mismo modo, recaía en la persona de Juan de Valladolid la responsabilidad de saber y conocer los pensamientos y dialogos de todos los miembros de su raza, así como sus propias trifulcas o sus eventos nupciales y, en definitiva, toda la información que pudiera extraer de su comunidad. Es de suponer que los nombrados Mayorales eran personas extremadamente fieles a su cargo, lo que conllevaría un alto grado de traición a los miembros de su propia raza, ya que la persona que era elegida y nombrada para tales fines había demostrado con anterioridad su lealtad al sistema reinante. En definitiva, más que un representante de la comunidad negra o mulata, lo que se nombraba era casi un informador o delator , cargo que, evidentemente, no debía ser muy querido entre los miembros de su propia etnia.

Año de 1474

Con el fallecimiento de D. Pedro Riario, ocupa nuestra Archidiócesis como Arzobispo D. Pedro González de Mendoza.

Año de 1473

El Rey Enrique IV ordenó la revocación de las reglas de todas aquellas Hermandades o congregaciones de fieles que, desde 1464, no hubieran obtenido la licencia real o de la autoridad eclesiástica y a que en lo sucesivo no pudieran crearse nuevas corporaciones sin estos requisitos.
En este año fallece nuestro Arzobispo D. Alonso de Fonseca durante su estancia en Segovia, cuando se empezaron las obras de construcción del famoso Castillo de Coca, que él mismo había impulsado. Le releva D. Pedro Riario como Administrador Apostólico.
Se realizan los primeros impresos en nuestra ciudad, consistentes en una bulas para nuestra Archidiócesis.

Año de 1469

Solucionados los pleitos en Santiago por nuestro entonces Arzobispo, D. Alonso de Fonseca, insta a su sobrino destinado en Sevilla a que regrese a la sede episcopal gallega, tal como habían acordado cuatro años antes. Sin embargo, su sobrino, D. Alonso de Fonseca y Acevedo, se niega tajantemente y hace caso omiso a las peticiones de su tio. Ni siquiera la bula papal decretada por Pío II, con fecha del 18 de octubre, sirvió para que se cumpliese lo establecido. Con este motivo, nuestro Arzobispo tuvo que recurrir al Duque de Medina Sidonia y a D. Beltrán de la Cueva para que mediante la fuerza, su sobrino fuera sacado de nuestra Archidiócesis y regresase a Santiago de Compostela, como así se hizo con apoyo de Enrique IV, que se encontraba de visita en nuestra ciudad.
De aquí nació el dicho popular de "quien se fue de Sevilla perdió su silla".

Año de 1468

En este año, la Hermandad de la Vera Cruz realiza su primera estación de penitencia.

Año de 1465

D. Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla, para cumplir el destierro al que había sido condenado su sobrino como Arzobispo de Santiago de Compostela, se traslada a la ciudad gallega para presidir su Archidiócesis. Su sobrino, D. Alonso de Fonseca y Acevedo, al mismo tiempo, pasa a Sevilla como Administrador Apostólico de su sede episcopal. Este intercambio se acuerda durante cinco años.

Año de 1464

Gracias a nuestro Arzobispo, D. Alonso de Fonseca, su sobrino, D. Alonso de Fonseca y Acevedo, fue nombrado Arzobispo de Santiago de Compostela. Sin embargo, la polemica actuación de éste apoyando a D. Rodrigo Maldonado de Talavera en detrimento de D. Bernardo Yañez de Moscoso, le costó la pena de cárcel a cumplir entre 1465 y 1467. El intento familiar de pagar su libertad con joyas de la Catedral de Santiago provocó un nuevo escandalo y fue condenado al destierro durante 10 años. De nuevo la actuación decisiva de nuestro Arzobispo en 1464 concilió el pleito, intercambiandose entre su sobrino y él, las sedes episcopales: nuestro Arzobispo pasó a Santiago y su sobrino a Sevilla, con la condición de que en un periodo de cinco años, ambos volviesen a sus sedes correspondientes. (Ver años sucesivos)

Año de 1463



Por testamento otorgado ante Pedro García, con fecha del 21 de enero, el noble caballero D. Juan Alonso Pérez de Guzmán y Orozco, Duque de Medina Sidonia, donó a la Hermandad de los Negritos y a su Hospital la cantidad de mil maravedíes.


Este mismo año, el 13 de noviembre, fallece el sevillano San Diego de Alcalá. Sus restos reposan en la Capilla que lleva su nombre en la Catedral de Alcalá de Henares.

Año de 1462

Tras sesenta años de obras, en este año se procede al cerramiento de bóvedas de la Santa Iglesia Catedral.

Año de 1460

Brota en este año una epidemia de peste amarilla en el barrio de Triana, que logra ser atajada con rapidez y no causa demasiadas victimas.


Por otra parte consta que en el mes de julio de este año, las personas de raza negra que integran el Hospital de Ntra. Sra. de los Reyes reconstruyen el Humilladero de la Cruz del Campo ante el estado ruinoso que presentaba.

Año de 1454

El 4 de febrero de este año es nombrado D. Alonso de Fonseca como nuevo Arzobispo de Sevilla. Anteriormente presidía como Obispo la diócesis de Ávila.

Año de 1453

A finales del mes de noviembre de este año fallecería nuestro entonces Arzobispo D. Juan de Cervantes. Se distinguió por impulsar las obras catedralicias y por la caridad que siempre demostró con los más desfavorecidos de la sociedad. Cuenta Ortíz de Zuñiga en sus célebres anales que toda la ciudad lloró su pérdida "porque aunque solo la gobernó cinco años, poco más o menos, fueron tantas las obras de su piedad, de su amor y su benevolencia, que teniéndole conciliado la gratitud universal, hicieron generales las lágrimas en su muerte".
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*En la Capilla de San Hermenegildo de la Catedral hispalense se encuentra ubicado el sepulcro del Cardenal D. Juan de Cervantes y Bocanegra, posiblemente uno de los Arzobispos más insignes que han pasado por Sevilla a lo largo de la história. Lorenzo Mercadante de Bretaña fue el artifice de su tumba.

Año de 1451


Entre el 26 de agosto y el 31 de octubre de este año se estima el nacimiento de Cristobal Colón. Se desconoce su origen con exactitud, y pese a que muchos estiman que era español, la mayoría de históriadores se inclinan más por su naturaleza genovesa. Hijo de Diego, Domenico o Domingo Colombo y Susana Fontanarrosa, de oficio tejedores, Cristóbal Colón (aunque su apellido debió ser Colombo y no Colón) pasaría a la história por su archiconocido Descubrimiento de América en 1492.

Año de 1450



En este año aparece fundada en el Monasterio del Valle la Hermandad de la Santa Faz y Ntra. Sra. de la Encarnación a iniciativa del Arzobispo D. Juan de Cervantes y Bocanegra, con el fin de promover el culto y la veneración al Santo Rostro de Cristo plasmado en el lienzo de la Verónica.

Año de 1449

Tras el fallecimiento de Osorio, preside desde este año nuestra Archidiócesis el Arzobispo D. Juan de Cervantes y Bocanegra, hijo D. Gonzálo Gómez de Cervantes y Dña. Beatríz de Bocanegra, propietarios de la capilla donde se fundó la Hermandad del Silencio, en el templo de Omnium Sanctorum, a mediados del siglo XIV.
Consta este año, que la figura del sevillano San Diego de Alcalá emprende desde nuestro país un viaje a pie hasta Roma para asistir a la canonización de San Bernardino de Siena.

Año de 1448

Con fecha del 9 de mayo de este año, es fundada la Hermandad de la Vera Cruz con sede en el Convento Casa Grande de San Francisco. Nació a raíz de una congregación de personas que movidas por la piedad querían rendir culto al Santo Madero donde fué crucificado nuestro Señor Jesucristo.


En este mismo año fallece D. García Enríquez Osorio, Arzobispo de nuestra ciudad desde 1442.

Año de 1445

Nace en Triana D. Rodrigo Galván de las Bastidas, histórico navegante y descubridor de Panamá y Colombia hacia 1501, junto a D. Juan de la Cosa y D. Vasco Núñez de Balboa.

Año de 1444

El 15 de diciembre de este año nace en Carmona D. Rodrigo Fernández de Santaella, más conocido como Maese Rodrigo, que pasaría a la historia de esta ciudad por ser el fundador de la Universidad hispalense en el año 1505.

Año de 1442

En este año abandona nuestra Archidiócesis D. Gutierre Álvarez de Toledo. Fue nombrado en su lugar el hasta entonces Obispo de Oviedo D. García Enríquez Osorio, con fecha del 2 de julio de este año.

Año de 1439

En este año llega a nuestra ciudad D. Gutierre Álvarez de Toledo para presidirla como Arzobispo. Persona de grandes ambiciones políticas, el hecho de haber pisado en más de una ocasión la cárcel por sus actuaciones más que cuestionables en una persona de su condición religiosa, no le impidieron presidir las Archidiócesis de nuestra ciudad ni, posteriormente, la de Toledo.

Año de 1438

Con fecha del 3 de noviembre de este año, D. Juan Fernández de Mendoza, alcalde mayor de Sevilla, y su esposa, Dña. Leonor Cerón, establecieron una misa cantada de la Cruz a celebrar todos los viernes del año en el altar del Santo Crucifijo de San Agustín.

Año de 1437

A finales de este año fallece nuestro Arzobispo D. Diego de Anaya y Maldonado. No tendría sustituto hasta dos años más tarde. Sería sepultado fuera de nuestra ciudad, en Salamanca, en el claustro de la Catedral vieja.

Años de 1434 y 1435

En la transición de estos años se produjo en nuestra ciudad la más terrible de sus inundaciones durante el siglo XV. Así cuentan las crónicas:
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"El domingo por la tarde, postrimer día de octubre y víspera de Todos los Santos del año del Señor de mil cuatrocientos treinta y cuatro comenzó a llover en Sevilla y llovió continuamente hasta el sábado día once del mes de diciembre, y lo que fueron cuarenta días, y el domingo siguiente escampó, y el lunes, aunque llovió el martes por la noche y el miercóles día quince de este mes de diciembre, y llovió el jueves, viernes, sábado, domingo y lunes, que fueron seis días más" y así hasta el día 30 del citado mes. Pero la crónica continua:
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"Aumentaron mucho las lluvias e hizo una gran tormenta con viento, temblando la tierra y pasando una noche de espanto. Salióse el río el día tres de enero del año siguiente, llegando el día cuatro las aguas en el Castillo de Triana hasta el primer arco, donde está la hornacina con la imagen de la Virgen, media braza por debajo de la dicha imagen. El miercóles siguiente día cinco de enero fue día de mucho daño en Triana, pues se llenaron de agua todas sus calles de manera que navegaban muchos barcos por ellas, y se cayeron muchas casas, de manera que se perdió media Triana. En la iglesia de Santa Ana se refugiaron todas las gentes que pudieron escapar con sus ropas. Ese mismo día se fue el Puente de Barcas de su lugar entre las doce y la una, tantos fueron los llantos y los griteríos de las gentes que parecía que la ciudad había sido tomada por las aguas. Fue tan espantoso lo ocurrido, que las gentes se demandaban perdón unos a otros, y entraban muchos en las iglesias para confesar y comulgar. Muchas personas se fueron al campo, huyendo de la ciudad y sus arrabales por donde podían. Al día siguiente, día de la Epifanía del Señor, escampó y mejoró el tiempo. Los días que llovieron fueron sesenta y los que escamparon diez lo que hace en setenta los días que duró esta arriada"
No sería la única inundación que sufriría la ciudad, pues en el año 1485 le esperaba otra, aunque bastante más leve.
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Por otra parte, en 1435 vuelve a nuestra Archidiócesis D. Diego de Anaya y Maldonado. Sería su segunda etapa como Arzobispo de nuestra ciudad tras su primera estancia entre los años de 1418 y 1431, tal como hemos visto anteriormente. En esta segunda ocasión, se mantendría en el cargo hasta su fallecimiento en 1437.

Año de 1433

En este año accede a la Archidiócesis sevillana como Arzobispo D. Juan de Cerezuela, hermano por parte de madre del gran Condestable de Castilla, D. Álvaro de Luna. Fue una estancia corta en nuestra ciudad, pues al año siguiente pasaría a ser nombrado Arzobispo de Toledo.

Año de 1432

En este año preside la Archidiócesis hispalense como Administrador Apostólico fray Lope de Olmedo, haciendolo solo por este año.

Año de 1431

En este año nace la Hermandad del Traspaso de Nuestra Señora, con sede en la Iglesia conventual de Santo Domingo de Silos (actual templo de San Benito) extramuros de la ciudad. Tradicionalmente se atribuye a los Duques de Medina Sidonia la fundación de esta Hermandad.


*La Hermandad del Traspaso de Nuestra Señora corresponde a la actual de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Fue fundada en el templo de Santo Domingo de Silos, ubicado en las afueras de la ciudad, entre la Puerta de Carmona y el Humilladero de la Cruz del Campo.

Año de 1423

Consta que este año son reformadas las ordenanzas de la Hermandad de Jesús Nazareno (El Silencio).

Año de 1419

El 5 de abril de este año fallece en Vannes (Francia) San Vicente Ferrer, siendo sepultado en la Catedral de esta ciudad.

Año de 1418

Gracias al apoyo a Martín V como Papa de toda la Cristiandad por parte de D. Diego de Anaya y Maldonado (Obispo de Orense, Tuy, Salamanca y Cuenca), en este año fue premiado con la Archidiócesis hispalense, convirtiendose en el nuevo Arzobispo de nuestra ciudad.

Por otra parte, en este año se sitúa la fundación de la Hermandad de Ntra. Sra. de la Esperanza, por el gremio de ceramistas del barrio de Triana, y con sede en la Real Parroquia de Santa Ana.

*La Hermandad que bajo el título de Ntra. Sra. de la Esperanza agrupa a los ceramistas de Triana en el año 1418, cuenta entre sus privilegios el de haber sido la primera Corporación en rendir culto a María Stma. en su advocacion de Esperanza en esta ciudad, además de ser la Hermandad más antigua de su barrio y la primera de las que se tienen noticias creada directamente por un gremio.

Año de 1417

Tras catorce años al frente de la Archidiócesis hispalense, el que fuese su Arzobispo y Administrador Apostólico, D. Alfonso de Egea, fallece en la jornada del 9 de junio, miércoles víspera del Corpus. Sería sepultado en la Capilla de San Laureano de nuestra Catedral.
Con el Gran Cisma de Occidente dividiendo a la Iglesia desde el último cuarto del siglo anterior, en este año definitivamente se pone fin al conflicto, siendo elegido Martín V como Papa de toda la Cristiandad, con fecha del 11 de noviembre. Se cierra así el capítulo en el que hasta tres Papas se disputaron la autoridad pontificia desde el año 1378.

Año de 1416

Consta que en la jornada del Viernes Santo de este año, San Vicente Ferrer pronuncia uno de sus más extraordinarios sermones en la ciudad francesa de Tolouse, ante más de diez mil personas y durante seis horas de manera ininterrumpidas.
En este mismo año, a 27 de marzo, nace en el Reino de Nápoles San Francisco de Paula, que sería el fundador de la Orden Mínima que lleva su nombre.

Año de 1412

La devoción por la gloriosa Imagen de la Virgen de la Hiniesta fue en constante aumento desde su aparición y llegada a Sevilla en el año 1380. De tal manera, en este año nace alrededor de la legendaria Imagen mariana una Hermandad de luz formada por personas nobles y principales de la ciudad. Esta Corporación sería origen de la actual Cofradía de la Hiniesta.



*La antigua efigie de la Virgen de la Hiniesta gloriosa aparece aquí ataviada con vestiduras naturales. La bendita Imagen desaparecería en el incendio intencionado de su templo en el año 1932.

Año de 1411

San Vicente Ferrer predica en la ciudad de Toledo.

Año de 1408


En este año comienza la labor evangelizadora de San Vicente Ferrer. Partiendo de Murcia, consta que este año predicó en Sevilla, muy probablemente en el púlpito petreo del Patio de los Naranjos de nuestra Catedral, lugar donde se pronunciaba el tradicional Sermón de la Pasión. En sus sermones se fomentaba la disciplina, la contricción y el acto de la penitencia como ejercicio de arrepentimiento.

Año de 1403

En este año se cubre la sede vacante que había dejado el Arzobispo de Mena tras su fallecimiento en 1401, siendo cubierta por el Arzobispo D. Alfonso de Egea, quien tendría dos etapas a cargo de nuestra Archidiocesis. La primera (1403-1408) como Arzobispo y la segunda (1408-1417) como Administrador Apostólico.
En este mismo año consta que es erigido el Convento del Valle para la Orden de los Padres Terceros.
Por otra parte, debemos apuntar que en este año la ciudad sufrirá una inundación que no tendrá graves consecuencias. Será la más leve de las cuatro que padecerá en este siglo.

Año de 1402

Comienzan las obras de la nueva Catedral sevillana. Se procede al derribo de parte de la antigua Mezquita y se coloca la primera piedra del nuevo Templo cristiano en la Capilla de San Laureano. Las obras comenzaron a contra costumbre por los pies, debido a que Enrique III no dió autorización para derribar la antigua Capilla Real, y cuando Juan II la concedió en 1433, las obras del Templo ya llevaban avanzadas más de treinta años. Se atribuye al maestro Alonso Martínez el proyecto original de la Catedral.

Año de 1401

No entró con suerte en esta centuria nuestro entonces Arzobispo D. Gonzálo de Mena, ya que en este año se encontraría con su muerte en la jornada del jueves 21 de abril a causa de una epidemia de landres. Con 67 años de edad fue sepultado en el Monasterio de la Cartuja, que él mismo había fundado un año antes. Aquí reposaron sus restos hasta que, a finales del siglo XVI, fueron trasladados a la Capilla de Santiago de nuestra Catedral, donde aún permanecen.
Meses más tarde, el cabildo catedralicio se reunía para tomar una decisión acerca de la Mezquita-Catedral. Su mal estado tras el terremoto del año 1356 y sus constantes obras de mantenimiento aconsejaban la edificación de un nuevo Templo que colmase las expectativas de la Archidiocesis hispalense. Célebre se hizo la frase que los canónigos pronunciaron con vistas a la realización del nuevo Templo: "Hagamos una iglesia tal y tan grande que los que la vieren acabada nos tomen por locos". Según el acta capitular de aquel 8 de julio se convino en hacer una obra "tal y tan buena, que no haya otra su igual". Así se acordó el derribo de la antigua Mezquita y la construcción de la nueva Catedral ocupando su emplazamiento.


*De la antigua Mezquita sevillana se conservó el alminar, el patio de los naranjos y las fachadas de las actuales calles Alemanes y Placentines. La Puerta del Perdón era la entrada principal a la Mezquita.

Año de 1400

En este año es colocado en lo más alto de la Giralda el primer reloj que una torre tuvo en España, el cual aún puede contemplarse accediendo al cuerpo de campanas.
Así mismo, en este mismo año, el Arzobispo D. Gonzálo de Mena funda el Monasterio de Santa María de las Cuevas. Su nombre proviene del hallazgo de una Imagen gloriosa de la Virgen en el interior de un pozo o cueva, que los alfareros de Triana acostumbraban a excavar en esta zona cercana al río, para emplear sus tierras arcillosas en la materia prima con la que elaborar sus piezas artesanas. Esta leyenda se sitúa en torno al año de la Reconquista de la ciudad por el Rey San Fernando (año 1248). Entonces se instaló una pequeña Ermita donde quedaba señalado el lugar del descubrimiento de la Imagen y que era custodiado por religiosos franciscanos. En este sitio, el Arzobispo de Mena fundó el Monasterio de Santa María de las Cuevas, en el año que escribimos.
Por otra parte, consta que nace en este año, en la localidad sevillana de San Nicolás del Puerto, la figura de San Diego de Alcalá.

SIGLO XV

Grandes acontecimientos le esperan a la ciudad en esta centuria. Desde la colocación de la primera piedra de nuestra Catedral hasta el Descubrimiento de América, pasando por las fundaciones de nuevas Hermandades, la predicación de San Vicente Ferrer o el nacimiento de la Inquisición. Sin duda un siglo en el que se produjeron unos acontecimientos que marcarían buena parte de la historia, no solo de Sevilla, sino de medio mundo.

Año de 1397

En este año se sitúa la costumbre de los disciplinantes a cubrirse el rostro mediante un lienzo a modo de antifaz y que más tarde imitarían los flagelantes con sus túnicas blancas atadas a la cintura.

Año de 1395

En este año, nuestro entonces Arzobispo D. Gonzálo de Mena, prohibe el comercio a los mercaderes y vendedores en las Gradas de la Mezquita-Catedral, mandando embellecer las fachadas del Templo y colocar en su perimetro un gran número de columnas encadenadas entre sí, tal como podemos contemplar en la actualidad.

Año de 1393



En este año llega a nuestra ciudad el que anteriormente había sido Obispo de Calahorra y de Burgos, D. Gonzalo de Mena y Roelas, para presidir nuestra Archidiocesis como Arzobispo, cargo que desempeñará hasta su fallecimiento en 1401. Una de sus primeras acciones al llegar a nuestra ciudad fue la institución de un Hospital para cobijar a los muchos esclavos de raza negra que habitaban en la capital hispalense en este tiempo. Bajo el título de Ntra. sra. de los Reyes, este edificio benéfico fue ubicado muy próximo al Humilladero de la Cruz del Campo y se le dió terreno para que contase con huerta, capilla y cementerio propio. El título de este hospicio varió en numerosas ocasiones a través del tiempo, pues si el original estuvo dedicado a la Virgen de los Reyes, posteriormente sabemos que fue conocido con el nombre de Virgen de la Estrella, Virgen de Gracia (como refiere Ortíz de Zuñiga) o Ntra. Sra. de los Ángeles, que fue el definitivo.


La congregación en este establecimiento hospitalario de un gran número de personas de raza negra, será el antecedente inmediato de la fundación de la Hermandad de los Negritos.

Año de 1391

La Reconquista de Sevilla por parte del Rey San Fernando en 1248 devolvió a la ciudad su identidad cristiana. Sin embargo, en este año aún surgían brotes xenófobos, como el que organizó el arcediano de Écija Ferrán Martínez, quien venía alentando a la muchedumbre desde hacía años con sus sermones antijudíos en las calles y plazas de la ciudad. Estos discursos racistas desembocarían el día 6 de junio en el asalto al barrio de la judería con la matanza de judíos y el expolio de sus casas. A partir de entonces, muchas familias judías abandonaron la ciudad y solo unas setenta se mantuvieron en ella.

Años de 1386 a 1396

Durante este periodo de años se le encarga al maestro mayor Alonso Matínez las obras de restauración y mantenimiento de la Mezquita-Catedral de Sevilla.

Año de 1380



Consta ya de la existencia en este año del Humilladero de la Cruz del Campo, que con el paso de los años se convertirá en un centro neuralgico de peregrinaje local.


De esta forma, en 1380 queda erigida una Hermandad en torno al Santo Cristo de San Agustín, que contemplaba el acto penitencial con una copia de esta Imagen, al Humilladero de la Cruz del Campo, estableciendo su procesión en la jornada del Viernes Santo a las tres de la tarde, en recuerdo del día y hora en que Jesucristo expiró. La Imagen que llevaban estas personas piadosas se trataba de un Crucifijo de estilo gótico, de 1,65 metros de alto y con su melena y sudarios naturales. Esta es la primera noticia que tenemos acerca de la incorporación de una Imagen al cortejo procesional.


Nos encontramos en el último cuarto del siglo XIV. Es un tiempo en los que una gran diversidad de hechos prodigiosos serán entendidos por el pueblo como verdaderos milagros o indicaciones divinas. Igual que una epidemia o un tiempo de sequía podía entenderse como un castigo del Todopoderoso, otros sucesos muchos más benignos se consideraban auténticos milagros que estimulaban sobremanera la religiosidad de las gentes.


Así, en este año, se coloca la leyenda de la Virgen gloriosa de la Hiniesta, la cual dice que estando de cacería en montes de Cataluña el noble caballero Mosén Per de Tous, halló entre unos arbustos de hojas amargas llamadas "giniestas", una imagen de la Virgen con una inscripción que decía "Soy de Sevilla, de una iglesia que está junto a la Puerta de Córdoba". El buen caballero, maravillado ante tan hermoso hallazgo, cumpliendo el mandato de aquella incripción, viajó hasta Sevilla y devolvió a la ciudad la Imagen que había descubierto, celebrándose con sumo júbilo su llegada a la capital hispalense. Para ello, el Cabildo catedralicio consagró un Octavario en honor de la Virgen, a cuyo termino el mismo Per de Tous colocó la Imagen bendita en la capilla que él había mandado levantar en el interior de la Iglesia de San Julián, en la cabecera de la nave del Evangelio, para que pudiera ser venerada por todo el pueblo de Sevilla.


Por otra parte, sabemos que algunos historiadores de nuestras Cofradías colocan hacia este año los antecedentes más antiguos de la sevillana Hermandad de la Vera Cruz. Quede constancia de ello. Otros estiman que su principio fue en el año 1448.

Año de 1356



Con fecha del 22 de febrero, son aprobadas las primeras Reglas de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús Nazareno por el entonces Arzobispo de la ciudad, D. Nuño de Fuentes. Así se concluye de la inscripción que aparecía en el banco de altar de su capilla: "Fundóse en esta capilla de Jesús Nazareno la Hermandad del mismo nombre o de las Cinco Llagas, aprobándose su Regla por el señor Don Nuño el 22 de febrero de 1356". En sus estatutos se recogía la estación de penitencia en la Madrugada del Viernes Santo, visitando el Hospital de San Lázaro, así como el ejercicio de la caridad y la entrega de dotes a doncellas pobres en vísperas de contraer matrimonio.


Con estas disposiciones aprobadas, se conoce que el 14 de abril, los fieles y devotos de esta Hermandad efectuaron su primera estación de penitencia, vistiendo túnicas de angeo moradas, sin brillo, con tosca soga de esparto ceñida a la cíntura y el rostro cubierto por una cabellera de cáñamo que se sujetaba a la cabeza mediante una corona de espinas. Iban todos descalzos y portaban una cruz a imagen y semejanza de Jesús Nazareno, de ahí que el término "nazareno" acabase derivando y denominando a todos los cofrades que visten la túnica nazarena en cualquier procesión.


En este mismo año consta que hubo en la ciudad un fuerte terremoto que hizo que la Giralda perdiese su antiguo remate musulmán, consistente en cuatro esferas de bronce que, de mayor a menor, aparecían engarzadas entre sí. Tras su derrumbe, fue sustituído por un sencillo arco recto y una campana en su interior. Seísmos similares se repetirían en nuestra ciudad en los años 1375 y 1394, lo que debilitaría considerablemente la estructura de la antigua Mezquita-Catedral y llevaría a plantearse al cabildo la construcción de un nuevo templo.

Año de 1355

Por encontrarse en estado ruinoso el templo de Omnium Sanctorum, la Hermandad de Jesús Nazareno se traslada a la Ermita de San Antón, perteneciente a la Orden de Viena, y situada junto al Hospital de las Cinco Llagas, extramuros de la ciudad, en el campo de las Cruces.

Año 1349

El Papa Clemente VI, que preside la Iglesia romana en Aviñón, sacará a la luz un decreto por el cual quedará prohibido el acto de la penitencia pública. Mediante bula condenaba a los que practicaban la autoflagelación como acto de penitencia, acusandolos de fanáticos y herejes.
También en el año 1349 se agregan al Santo Vía Crucis los pasajes de las Tres Caídas de Cristo camino del Calvario.
Al año siguiente, el 23 de enero, nace en Valencia San Vicente Ferrer.

Año de 1340

Esta es la fecha más antigua que encontramos haciendo referencia a las Cofradías sevillanas. En este año se situa la fundación de la Primitiva Hermandad de los Nazarenos de Sevilla en la Parroquia de Omnium Sanctorum, por una congregación de personas piadosas con el fin de meditar sobre los misterios de la Pasión según el Evangelio de San Juan y glorificar a Nuestro Señor Jesucristo en recuerdo de su caminar hacia el monte Calvario cargando con la cruz de nuestros pecados. Si título primigenio fue el de Hermandad del Dulcísimo Jesús Nazareno y la Virgen Santa María con San Juan, ocupando la capilla que el patronato de los Cervantes poseía en el hueco de la torre de la nave del Evangelio del mencionado templo. Los propietarios de esta capilla eran D. Gonzálo Gómez de Cervantes, Caballero Veinticuatro de esta ciudad, y su esposa, Dña. Beatríz López de Bocanegra. De este matrimonio nacería en 1382 un hijo varón que se llamaría Juan de Cervantes, destinado a convertirse en uno de los Cardenales más celebrados de Sevilla (1449-1453) en cuyo mandato fundaría a la Hermandad de la Santa Faz (1450), fusionada en la actual Hermandad del Valle.






*En una de las antiguas mezquitas de la ciudad reconvertida en iglesia (el templo de Omnium Sanctorum), nació la primera Cofradía sevillana en el año de 1340: la Hermandad del Silencio.

Historia de las Cofradías sevillanas. Los antecedentes más antiguos. Siglo XIV.

Los primeros datos que encontramos referentes a las Cofradías sevillanas nacen a mediados del siglo XIV. Pese a ser escasos los datos que se tienen, son realmente importantes, pues dan testimonio de las primeras Hermandades nacidas en nuestra ciudad y, a su vez, ofrecen una leve visión de los movimientos religiosos de la época. Siete Arzobispos tuvo la ciudad desde mediados del siglo XIV hasta los albores del XV: D. Juan Sánchez (1323-1348); D. Nuño de Fuentes (1349-1361); D. Alonso de Vargas (1361-1366); D. Pedro Gómez Barroso (1369-1371); D. Fernando Álvarez de Albornoz (1371-1378); D. Pedro Álvarez de Albornoz (1379-1390), y D. Gonzálo de Mena y Roelas (1394- 1401).

La Hemeroteca Cofrade

No cabe duda de que aventurarse a entrar en la historia de nuestras Hermandades y Cofradías es algo tan apasionante como complicado. Tan complicado que, aún hoy, encontrar las explicaciones y respuestas a todas las dudas que existen en este terreno es una labor que no se ha cerrado y dificilmente se cerrará. Y es que los vacíos existentes en este campo y la carencia de documentación que en numerosas situaciones se encuentran los historiadores de nuestra Semana Santa, contribuyen a la generación de nuevas dudas e inquietudes dificilmente subsanables. Aún así, gracias a los relatos de antiguos cronistas e historiadores de nuestra ciudad, junto a la conservación de otra parte del archivo histórico de las propias Hermandades, del Arzobispado o de otras instituciones, si han ayudado a resolver otro tipo de enigmas sobre nuestras Hermandades y Cofradías.

Hablar, escribir o explicar lo que significa para esta ciudad la Semana Santa puede ser muy sencillo o puede ser muy dificil. Si lo que en esta ocasión queremos tratar es la história de las Cofradías, el tema se complica, pues muy probablemente de todas las facetas que aglutina la Semana Santa, la história sea el campo más complejo a tratar. Sin embargo, tratarlo contiene una virtud innata: apasiona. Y apasiona, porque nos traslada en el tiempo y en la memoria, nos sumerge en otros siglos, y lo que resulta más importante de todo: nos hace comprender la Semana Santa de nuestros días, cómo nació, cómo creció, cómo avanzó, cómo se desarrolló, cómo se adaptó a los tiempos, cómo floreció y cómo nos ha llegado. Todo está en la historia. Sin memoria no seríamos nada.
Caeríamos en un gran error si hablasemos de las Cofradías y las valorasemos superficialmente sin conocer su história. Como en todas las facetas de la vida, el saber, el tener conocimiento de las cosas, es algo que enriquece al ser humano. Quienes poseen estos principios y los respetan, no cometerán el error de caer en disputas inutiles, ni en odiosas comparaciones, porque la história es sinónimo de verdad, y la verdad solo tiene un camino: el que marca la propia história.


El nacimiento de las primeras Hermandades coincide con varios factores y circunstancias históricas. La Reconquista de la ciudad por parte del Rey San Fernando en 1248 es, sin duda, un gran punto de partida. La transformación religiosa que tras ocho siglo de dominación árabe sufrirá la ciudad, se verá reflejada en la conversión de antiguas mezquitas en iglesias, la construcción de nuevos templos o el establecimiento de numerosos edificios benéfico-religiosos, de conventos y monasterios, a fin de extender a lo largo y ancho de la ciudad el culto cristiano. Con el paso del tiempo, el asentamiento de estas instituciones en el pueblo desembocarían en la creación de congregaciones de fieles o hermandades.

Origen de nuestras Cofradías fueron también las distintas procesiones de rogativas que en tiempos de carencias y escasez para el pueblo, se organizaban, por ejemplo, en dirección al Humilladero de la Cruz del Campo, lugar que con el paso del tiempo acabaría por convertirse en un auténtico centro de peregrinaje local.

Otro factor que influye decisivamente en la creación de las primeras Hermandades fue la acción predicadora de San Vicente Ferrer, religioso que parte de Murcia y predica en Sevilla en el año 1408, fomentando la disciplina y la penitencia como acto de expiación a los pecados del pueblo. tres años después, y tras haber evangelizado por media España, se dirige a Francia y continua allí su misión pastoral, conociéndose que en 1416 pronunció en la ciudad de Tolouse su sermón más extraordinario ante de diez mil personas y durante seis horas ininterrumpidas. Esta acción predicadora de San Vicente Ferrer daría origen a la creación de nuevas Hermandades no solo en Sevilla, sino en toda España.

Tras ocho siglos de dominación árabe en Andalucía, se antojaba necesario cristianizar al pueblo. En Sevilla, la reconversión en templos cristianos de antiguas mezquitas menores fue el primer paso a seguir. Son los casos de las Iglesias sevillanas de Santa Catalina, Ominum Sanctorum, San Marcos, Santa Marina o San Pedro, todas ellas reconvertidas al cristianismo de manera paralela a la propia Mezquita Mayor de Sevilla, que pasaría a ser Catedral cristiana en estos tiempos de conversión religiosa. Así mismo, Alfonso X edifica en Triana su Iglesia de Santa Ana hacia el año 1280, construída en gratitud por una afección de la vista que padeció el propio rey.

Otra causa que estimula la fundación de nuevas Hermandades radica en la institución que hace en nuestra ciudad D. Fadrique Enríquez de Ribera del primer Vía Crucis de España, tras haber regresado de su viaje a Jerusalén y haber contemplado los Santos Lugares. Una vez copiadas las medidas exactas que en Tierra Santa distanciaban el Pretorio romano del monte Calvario (997,13 metros o 1321 pasos aproximadamente) instauró en Sevilla el Vía Crucis más antiguo de España y uno de los más antiguos de Europa: el que empieza en la Casa de Pilatos, recorre la calle San Esteban, sale por la Puerta de Carmona y acaba en el Humilladero de la Cruz del Campo. El ejercicio y la práctica de este Vía Crucis por parte de las gentes del pueblo daría origen a nuevas Hermandades dentro y fuera de la ciudad. Fue instaurado en el año 1521.

Muy a tener en cuenta es el instante histórico que envolvió a la ciudad desde finales del siglo XV y durante todo el XVI. Con el Descubrimiento de América, la ciudad hispalense se había convertido en una de las metropolis más importantes del mapa mundi. En su puerto atracaban barcos repletos de tesoros provenientes del Nuevo Mundo. Una cantidad ingente de riqueza descargaba día tras día en los muelles sevillanos. Había caudales tan en abundancia que a Sevilla acuden desde cualquier punto geografico imaginable personas de toda índole. La atalaya que salía de las murallas de la ciudad y se asomaba al río pasó a llamarse Torre del Oro, porque en sus entrañas se custodiaba buena parte de este magnifico metal que llegaba desde las Indias. Sevilla se estaba conviertiendo en una ciudad terriblemente pintoresca, corrompida y pecadora. En sus calles se mezclaban los nobles y grandes caballeros con los truhanes y mujeres de dudosa reputación, religiosos con picaros jugadores, mareantes y toneleros con artistas y artesanos, y todo mientras en las gradas de la Catedral se vendían incontables mercancias nunca jamás vistas en estas tierras, convirtiendo los alrededores del Templo en un auténtico mercado. Sin duda, los caminos se estaban perdiendo y para reconducirlos, la Iglesia hispalense comienza a fomentar teatros pasionistas en plena calle, celebra sermones para mover y conmover las conciencias de las gentes y estimula la práctica de la penitencia para la remisión de las conductas pecaminosas. Del mismo modo, la Iglesia aprovechará el florecimiento de las artes, primero, para edificar una Catedral fastuosa que causase admiración en España y en Europa, tanto por sus dimensiones como por su riqueza, y segundo, llenando las iglesias de la ciudad de altares e imagenes tan sumamente humanas y expresivas que llamaban a las conciencias de las gentes y las estimulaba hacia la oración y el recogimiento. Con todo ello, estaba más que justificado el nacimiento de nuevas Hermandades que, en este tiempo ya, comenzaron a adoptar la práctica penitencial pública incluyendo Imagenes en sus cortejos para instruir, mover y conmover al pueblo.

Todo el trasiego comercial de esta Sevilla del Quinientos queda archivado en la Casa de Contratación, abierta en 1503, ante la avalancha que se le viene encima a la ciudad desde el Descubrimiento de América. En la población conviven artesanos de toda índole, porque en la ciudad hay caudal para todos: plateros, sederos, joyeros, cocheros, pellejeros, bordadores, medidores, cereros, muchos de los cuales originaron nuevas Hermandades, o bien, se unieron a ellas posteriormente. Y es que los gremios funcionaban como determinadas instituciones religiosas, pues, junto a sus oficios artesanos, desempeñaban ciertas obras benéficas y organizaban determinados cultos en honor de la imagen o la advocación bajo la que se amparaba cada uno.

Otro motivo o causa que provocó el nacimiento de nuevas Hermandades fue el aislamiento o la explotación que determinados sectores de la población de la época sufrieron por parte de sus opresores. La población negra, mulata o gitana, que desde los siglos XV al XVIII hubo en la ciudad, tuvo que asociarse entre sus miembros para contar con unos derechos que los salvasen de los numerosos atropellos y excesos que sufrían. Sus asociaciones con estatutos aprobados por la Iglesia les otorgaron ciertos derechos y determinada autonomía de cara a la sociedad de su época, pudiendose librar en no pocas ocasiones del yugo que les oprimía cotidianamente.

También fue causa de nacimiento de Hermandades las propias calamidades que sufría la ciudad en forma de riadas, sequias o epidemias, las cuales se tomaban como castigos divinos, según la mentalidad de la época en que se produjese. El lugar donde se acababan sepultando a las victimas se convertía a veces en un lugar de peregrinación que acababa originando algún tipo de congregación religiosa o Hermandad.

Otro factor que desembocaría en la creación de nuevas Corporaciones se valía del hallazgo casual o milagroso de algún tipo de Imagen, ocultada en tiempos de la dominación árabe de Andalucía o en cualquier otra época de la história. La leyenda convertía estas apariciones en hallazgos prodigiosos posibilitados gracias a la intercesión divina.

Como vemos, los factores que hacen nacer a las Hermandades y Cofradías son multiples y diversos a través de los tiempos. Generalmente, primero nacieron como Hermandades de luz y posteriormente, cuando muchas de ellas adoptan como propias las conclusiones extraídas del Concilio de Trento, se transforman en Cofradías penitenciales incorporando a sus cortejos diversos instrumentos u objetos pasionistas como las Imagenes a fin de instruir al pueblo, acudiendo a él publicamente por las calles de la ciudad. Y es esa otra de la belleza oculta que tiene la Semana Santa sevillana, pues, aunque cada Hermandad tiene su origen, todas confluyen hacia un mismo fin. Caminos que se unen a través de los tiempos, ofreciendonos verdaderos testimonios de fe por las calles de Sevilla para mayor Gloria de Dios y de su Stma. Madre, allá en las Alturas.

Escribir sobre la história de nuestras Hermandades y Cofradías no es algo sencillo, más al contrario. Se trata de una ardua labor que requiere un trabajo y un sacrificio como ningún otro tema de la Semana Santa puede requerir. Esperamos que esa labor minuciosa y callada que hemos llevado a cabo tenga su justo premio estando a la altura del cofrade más exigente. Y aún no estándolo, esperamos sepan disculpar los errores que hayamos podido cometer. Somos humanos. Sin más, y viendo la dificil misión que tenemos delante, deseamos que viajen en el tiempo igual que hemos experimentado nosotros mismos. Sumerjánse en las diferentes épocas que vamos a recorrer y vuelen entre las fechas y los datos que van a poder encontrar en este blog de manera cronológica. Así comprenderán el verdadero sentido de la Semana Santa sevillana que nos ha tocado vivir.