El 28 de noviembre de este año quedaba consagrado por el Obispo auxiliar de Sevilla, Fray Francisco de Córdoba, la primera planta del Convento de la Victoria de Triana, el cual con el paso de los años se convertiría en uno de los edificios religiosos más grandes de la ciudad.
En este mismo año ingresarían en el recién fundado Colegio de Santa María de Jesús (primitiva sede de la Universidad hispalense) los doce primeros alumnos de su historia, entre los que se encontraba un joven llamado Iñigo de Rosales, que se convertiría en su primer rector.