Año de 1478

En este año el capitán D. Diego de Merlo es nombrado Asistente Mayor de nuestra ciudad, cargo equivalente al de Alcalde, que ejercerá durante cuatro años.


A 9 de junio, la Hermandad de la Vera Cruz adquiere nueva capilla en el Convento Casa Grande de San Francisco, que con el devenir de los años se convertiría en una de las más admirables de la ciudad. Esta capilla se encontraba ubicada en la actual calle Granada, junto al Ayuntamiento hispalense.


El día 30 de este mismo mes, nace en nuestra ciudad el único hijo varón de los Reyes Católicos, el Príncipe D. Juan, cuya temprana muerte frustró su acceso al trono. Fue bautizado en la Catedral sevillana el día 9 de julio, siendo apadrinado por el nuncio de Su Santidad Sixto IV, el Embajador de Venecia, el Condestable de Castilla y el Conde de Benavente.


Consta que en este mismo año comenzaron a colocarse las primeras vidrieras de nuestra Catedral, gracias al maestro alsaciano Enrique Alemán.


Finalmente, en este año, el confesor de la Reina Isabel y prior de los Dominicos, Tomás de Torquemada, atendiendo las quejas de los cristianos viejos comenzó a predicar sobre la conveniencia de crear una Inquisición en Castilla. De la misma forma, se destapa en Sevilla la noticia de que un grupo de cristianos nuevos celebraban ceremonias extrañas a la religión cristiana. Esto convence a la Reina Isabel, quien encarga a los embajadores de nuestro país en Roma que soliciten al Papa Sixto IV la creación de una Inquisición para Castilla y Aragón. De esta manera, dicho Pontifice expidió una bula en noviembre de este año que autorizaba a los Reyes Católicos a nombrar inquisidores. Nacía, así, la Inquisión en nuestro país.


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*Cortejo del bautizo del Príncipe D. Juan, hijo de los Reyes Católicos, en Sevilla en 1478. Obra de Francisco Pradilla Ortíz en 1910.